miércoles, 23 de noviembre de 2011

La vie en rose de Villar Mir y el marqués de Griñón

Carlos Falcó y Juan Miguel Villar Mir. Dos grandes amigos del Rey, de cena juntos en el faraónico palacio de Gallardón en Madrid. Ambos empresarios, a quienes une un gusto, casi una obsesión, por la viticultura, un título nobiliario del mismo rango, una sólida amistad con don Juan Carlos y una profunda admiración por Francia, no se quisieron perder este lunes por la noche el homenaje a los actores Carmen Maura y Jean Reno, que recibían el premio Prix Diálogo en reconocimiento a las relaciones entre España y el país galo. Los marqueses demostraron que lo suyo es la vie en rose, como cantaba Édith Piaf, y no el presunto caso de corrupción en el que el duque de Palma se ha visto envuelto, y que ha puesto contra las cuerdas a la institución monárquica.

Villar Mir, marqués de recién hornada, empresario y exministro de Hacienda, y Carlos Falcó, bodeguero y aristócrata, siempre han demostrado su lealtad a Su Majestad, que, además de estar en plena recuperación de su última operación, ve cómo su yerno favorito tiene que dar explicaciones a la Justicia. Que no son buenos tiempos para el patriarca de Zarzuela es una realidad, pero ellos, los amigos de verdad, nunca hablan de ese tipo de cosas. Sino que practican con el ejemplo. Así lo explican ellos mismos. A la vista quedó que el ex de Isabel Preysler, que tampoco era la viva imagen de la felicidad máxima precisamente, ya que está en pleno proceso de divorcio de su tercera mujer, Fátima de la Cierva, hermana del duque de Terranova. No lo hizo a propósito, porque los límites de pleitesía que procesa el papá de Tamara no llegan hasta este punto.

Para más inri, Falcó, que siente fascinación por lo francés gracias a su primer matrimonio con Jeannine Girod, a la que dejó ante el poder de seducción arrollador de la China, y por eso acudió al evento, estaba enfermo: atraviesa un importante catarro y ha adelgazado unos cuantos quilos. Con esta última particularidad, el marqués, que ahora se atreve con los cosméticos, está encantado. Cada vez que va a una fiesta, las mujeres se lo rifan. Él lo sabe y se acicala a conciencia. En cambio, últimamente todo va bien con el presidente de OHL, que está, cuanto menos, preocupado por el rey de España. A su vez, su hija Cristina es íntima de la princesa Letizia. Doble inquietud.

Cena con sabor francés

Actores, políticos en activo, empresarios y exministros tampoco quisieron eludir la invitación a la exclusiva cena que sirvió Casa Mónico. Desafortunadamente, Jean Reno no pudo acudir para recoger el galardón, mientras que la musa de Pedro Almodóvar, que estaba pletórica y fue de mesa en mesa, lo dedicó a su mascota, recientemente fallecida tras más de quince años de convivencia. Ángeles González-Sinde también estuvo. Elogió sin parar a Carmen Maura, para la que, dice, ha escrito muchos personajes. La ministra lució un vestido de Custo, ya que está sacando todo los brillos de su armario para ponerle un broche de strass a su labor en el Gobierno. La titular de Cultura, a la que le quedan menos de dos telediarios, ofreció la que podría haber sido la imagen más codiciada de la noche: mientras los invitados departían sobre lo humano y divino en el cóctel previo, ella hablaba con su familia por teléfono.

Rafael Arias Salgado, exministro de Suárez y de Aznar y actual presidente de Carrefour España; Ágatha Ruiz de la Prada, que mucho colorín por aquí y por allá, pero luego se gasta una mala leche que ni María Antonia Iglesias en pleno éxtasis argumentativo; o Carmen Alborch, que que se presenta a la listas socialistas del Senado por Valencia y lucía pendientes de fallera, compartieron gazpacho y solomillo de ternera con María Adánez, Álex de la Iglesia, Lola Herrera y González Macho. La cena fue todo un éxito. Y si no que se lo pregunten a Juan Carlos Delgado, director general de Accor en España; Thierry de Bailleul, director general de Air France; Javier de Agustín, consejero delegado de Axa; Ramiro Mato; de Bnp Paribas; Jean-Pierre Laurent, de Renault; o a Donato González, consejero delegado de Sociéte Générale.